Este espacio nace para defender la institucionalidad colombiana que diariamente se ve afectada por las mentiras, engaños y artimañas de una minoria que no cree en la democracia colombiana.
“Hay pocos estamentos en el país que las FARC no hayan infiltrado. Sin embargo, como lo vengo diciendo hace años, el mayor daño lo están causando desde el sistema educativo, desde el aparato judicial (con Fiscalía, obvio), y ahora desde la entrañas del mismo ejército. Ciertamente, la preconización de “todas las formas de lucha” que hizo el Partido Comunista desde su creación en Colombia, ha desarrollado un gran trabajo…. para horror de todos los colombianos.”[1]
Este artículo nos deja ver la estrategia que están usando los terroristas para acabar con la democracia colombiana. A las constantes mentiras, engaños y acusaciones injustas que los medios de comunicación y ciertos políticos lanzan a diario en contra de la Fuerza Pública, se suma un nuevo actor en esta guerra política: La Fiscalía General que con sus acciones se une al juego de chantajes y desprestigio al que constantemente se ven enfrentada las Fuerzas Militares.
Las recientes declaraciones y señalamientos a la que se ha visto sometido la institucionalidad militar por parte de funcionarios de la Fiscalía, son la muestra fehaciente de lo que hemos venido denunciando; La denigrante actuación de aquellos sicarios morales que disfrazados de periodistas, servidores públicos o personajes de la vida nacional, lanzan acusaciones sin tener argumentos y pruebas sobre colombianos inocentes que han cumplido su mandato constitucional, especialmente, en contra de los militares y policías.
Las investigaciones que a diario se abren contra miembros de la Fuerza Publica, reflejan las acciones de los terroristas para desmoralizar las tropas y dañar el prestigio de los militares y policías. Por ello, la Fiscalía es gran responsable por seguir esta estrategia criminal y abrir procesos injustificados, con testimonios y pruebas falsas.
Como colombianos no podemos permitir que se siga maltratando el honor, la dignidad y la honra de una de las instituciones más importantes para el país. No mas maltrato a nuestros militares y policías que lo único que hacen es entregar sus vidas por el resto de colombianos.
En nuestro país, es cada día mas frecuente estar indefensos ante cualquier “periodista” quien detrás de sus columnas ataca y destruye la dignidad de los Seres Humanos al acusarlos, la gran mayoría de veces, de delitos y hechos inexistentes. Estos medios y periodistas irresponsables pueden moldear la información a su antojo, decir lo que quieran amparados en la libertad de informar e incluso decidir quién es un asesino, un ladrón o un santo.
La ética periodística en este país no existirá mientras estos personajes sigan desinformando, acusando y maltratando a los colombianos. No podemos seguir creyendo en los carroñeros que andan deambulando por ahí para ganar protagonismo y prestigio social a costa de muchos inocentes. Por ello, traemos para el artículo de Enoris Restrepo para nunca olvidar y poder actuar frente esta desagradable y lamentable realidad.
Saludos cordiales, EVOLUCION NACIONAL
PERIODISTAS AL ATAQUE Por Enoris Restrepo De Martínez
Qué lejos están los tiempos de la ética periodística de Fernando Gómez Martínez, Eduardo Santos o los Lleras (Alberto y Carlos). Hoy algunos comentaristas y periodistas calumnian hasta los muertos y los sacerdotes. Empuñan la pluma como si fuese una espada y se creen como Robin Hood o el Cid Campeador. Y nada de eso son. Escriben con mente casi sádica. Juegan con las honras humanas. Unas veces para satisfacer su ego y otras con intereses políticos, pero siempre buscando impresionar desde sus computadores o sueñan con armar polémica como pregonaba López Michelsen.
Al primer rumor (interesado o no) corren a redactar y apoyan hipótesis sin confirmar. Estridentes en la presentación de comentarios y noticias, crean rechazo en la sociedad a determinadas personas o grupos, siembran odios y condenas a la par que ellos mismos van perdiendo credibilidad y aprecio y, créanlo o no, contribuyen a desmoronar la sociedad con su negativismo. Por ejemplo, pienso que la simpatía y empatía que el público tenía antes por Semana, Cambio y El Espectador, ha disminuido a marchas forzadas. Es el caso de la serie de distorsiones que un famoso escritor se ha dado en publicar semanalmente, que en lugar de traerle credibilidad a él o al medio, ha despertado una gran ola de rechazo a los dos (comentarista y periódico). En esta moda de periodismo negativo, rotulan y firman artículos con el fin de impactar. Crean un espectáculo donde no lo hay, distorsionan la verdad con precisión malévola y hasta la muerte de un ser humano les sirve en su afán de llamar la atención. Algunos parecen "obsesionados por un fanatismo ciego, tal vez entramado en alguna organización política". No les importa si escriben sobre vivos o muertos, se refieran a hechos fáciles de distorsionar y difíciles de comprobar.
En la publicación de Periodista Digital, Elena Regoyos afirma "Ante la duda, culpa siempre a la prensa". Agrega que la intromisión de la prensa ha sido la causante de múltiples problemas de toda índole y traumas emocionales (hasta suicidios) en el mundo entero y enfatizan en determinados aspectos económicos. Por algo, hace poco un distinguido presidente de compañía señaló la importancia del periodismo para lidiar con la crisis económica actual y su responsabilidad en subrayar ganancias, victorias y logros -ciñéndose a la verdad y la moral- o si insisten en las frustraciones, pérdidas y derrotas. Mostrando sólo uno de los lados de la moneda, por lo general el más destructivo.
Nota: Hoy todos chuzan. Los gobiernos en todas partes lo hacen para salvaguardar su legitimidad y posiblemente tengan en excesos. ¿Pero privadamente, quiénes pagan por chuzar y divulgar los contenidos? Grave.
Un nuevo episodio de declaraciones falsas, acomodadas y cínicas vive la justicia y la sociedad colombiana, pues ahora Salvatore Mancuso busca desesperadamente miles de artimañas y estrategias para involucrar a personas inocentes con tal de obtener beneficios por sus atroces crímenes y zafarse de su responsabilidad con el país.
En días pasados, en una nueva versión ante la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía, Mancuso acusó a cerca de 30 oficiales de la Fuerza Pública de tener vínculos con las autodefensas y de participar y coordinar operaciones conjuntas con este grupo delincuente. Estas declaraciones solo muestran las desesperadas estrategias de este bandido, quien busca evadir su responsabilidad con la justicia y ganar espacios de figuración política, mediante declaraciones amenazantes, perversas, malintencionadas y engañosas en las que se acusa a militares y policías inocentes.
Pero detrás de esta noticia, se esconde una historia macabra que deja ver las alianzas tenebrosas que se gestan en contra de la democracia. Todo empieza el mes de Mayo cuando Piedad Córdoba e Iván Cepeda (enemigos acérrimos del Gobierno y la Fuerza Publica) viajan sorpresivamente a Estados Unidos y se entrevistan por más de 3 horas con su peor tormento en los últimos años, Salvatore Mancuso: Es como si un ratón visitara al gato sabiendo que este último siempre ha querido comérselo.
LA GESTIACION DEL TRATO
El plan maestro fue perfectamente elaborado y estructurado. Fuentes muy precisas aseguran, que los mal llamados Colombianos por la Paz, al saber que Mancuso estaba buscando relevancia política y reducción de condena, lo visitaron con el propósito de insinuarle un trato benéfico para ambas partes: Que mientras Córdoba y Cepeda manejaban y arreglaban todo para que la Fiscalía protegiera a la familia y bienes de Mancuso, él debería hacer mentirosas y nocivas acusaciones en contra del presidente Uribe y la Fuerza Pública.
A los pocos días el bandido sacó a la luz pública la materialización del “trato maligno” en una carta descarada, en donde pide al presidente Uribe lo nombre “gestor de paz” y soterradamente lo amenaza diciendo que las declaraciones serán cada vez mas comprometedoras para los personajes de la vida nacional, en especial en contra de las Fuerzas Militares.
Por si fuera poco, luego de no recibir respuesta del gobierno a su petición, decidió de manera irresponsable y completamente falsa continuar con el plan y dar declaraciones en contra de militares y policías inocentes e inmiscuirlos en su juego sucio y criminal.
Además y para cerrar con broche de oro la estrategia, el trato se selló con la actuación especial de los medios de comunicación afectos a los delincuentes. Justo cuando Colombia y la Comunidad Internacional celebraban el aniversario de la exitosa operación JAQUE, los periodistas resentidos (sicarios morales) así como la izquierda y demás aliados de Mancuso, sacaron “por casualidad” refritos, ya investigados y desvirtuados en su totalidad, con información, falsa y manipulada, para opacar la celebración de JAQUE.
¿No existe acaso una relación directa entre el viaje de estos personajes pro-terroristas (Piedad y Cepeda), la carta casi instantánea de Mancuso, las sorpresivas declaraciones justo en esos días y la exageración de los medios frente a la información? Son tantas las coincidencias que hasta un niño de seis años las identificaría con total claridad.
LA MENTIRA LA UNICA VERDAD DE MANCUSO
Es por esto, que los colombianos no podemos ser tan ciegos como para no ver que en este país, los delincuentes cambian sus declaraciones a diario con el único propósito de evadir sus responsabilidades, atentando contra la verdad y justicia colombiana. No podemos andar creyendo las declaraciones de narcotraficantes y asesinos que ni el Gobierno ni la Sociedad Civil consideran como verdadera y hasta el mismo embajador de EEUUha desmentido y censurado en repetidas ocasiones.
La desesperada estrategia de Mancuso y sus secuaces, desde el momento de su extradición, ha sido tratar de involucrar al mayor número de colombianos (políticos, militares, empresarios, industriales y ciudadanos de bien) para que el país y el mundo crean que la actuación de las autodefensas no fue independiente, sino que se dio gracias al movimiento de varios sectores de la sociedad colombiana, buscando con ello evitar que se le juzgue como único responsabley hacernos creer que él simplemente seguía ordenes dentro del enfrentamiento de 2 grupos sociales.
Reflexionemos y pronunciémonos porque de no hacerlo el día de mañana cualquiera de nosotros puede estar siendo procesado sin saberlo, solo porque algún gato y ratón, hacen una alianza peligrosa y nos inculpan de algún delito que no hemos cometido.